Breve Historia

Antes de Colón: 

Lo que se conoce hasta hoy de los habitantes precolombinos de Cuba viene de los relatos de los conquistadores, llamados Cronistas de las Indias, como Bartolomé de las Casas, quien distinguió tres culturas diferentes en cuanto a rasgos étnicos, lingüísticos y de desarrollo tecnológico y social, las cuales llamó Guanahatabey, Siboney (o Sibuney) y Taína.

En el último siglo, los estudios arqueológicos, etnológicos y morfológicos han permitido indagar más en la vida de esos primeros habitantes que llegaron a la isla en migraciones procedentes de la América continental. Esos primeros grupos eran cazadores paleolíticos de origen mongoloide. La segunda migración, hace 4500 años, procedía de Centro y Sudamérica; tenían una fisionomía parecida a la del primer grupo. La tercera y cuarta migración procedió de las Antillas en torno al 500 a. C. Una clasificación más atenida a la evolución de estos grupos humanos establece también tres grupos: el de la edad de la concha (Guanahatabey), el de la edad de la piedra (Siboney) y la edad de la alfarería (Taína).

Esos grupos tenían en común una organización gentilicia matriarcal, con división del trabajo por sexo y edades con una forma de religión animista y culto a los antepasados.

En recientes estudios genéticos, se ha podido comprobar la existencia de descendientes lejanos de los aborígenes taínos, que se creían totalmente extintos. Dichos descendientes viven mezclados con el resto de la población, principalmente en comunidades rurales del Oriente de Cuba y, aunque no llevan una vida exacta a la de sus antepasados, sí conservan parte del lenguaje, bailes y modo de cocinar algunos alimentos.

Etapa Colonial:1492-1898

El 27 de octubre de 1492 llegaron a costas cubanas por la zona de Bariay, hoy provincia de Holguín, tres naves españolas, comandadas por Cristóbal Colón: La Pinta, La Niña y la Santa María,

Colón denominó a la Isla de Cuba como Isla Juana en deferencia al Príncipe Juan, heredero de la corona.[13] Colón pensaba que había llegado a las Indias orientales y no se imaginaba que detrás de esta pequeña isla, se encontraba un continente gigantesco, desconocido para el mundo europeo. Según las Cartas de Indias, una vez que Colón pisó suelo cubano, se arrodilló en la arena y con la cabeza inclinada hacia arriba exclamó: «Ésta es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto jamás».

En 1513, Diego Velázquez de Cuéllar fue enviado por los reyes de España como adelantado de la Corte para las nuevas posesiones del reino. Fue nombrado gobernador de Cuba, con la facultad de fundar villas y efectuar repartimientos de indios, entre otras acciones.

Ya Velázquez había fundado la primera villa en territorio cubano, Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa en 1511. En 1513 fundó San Salvador de Bayamo, así preparó la fase siguiente de la conquista, la exploración del resto de la isla, paso previo a la creación de nuevas villas. En enero de 1514 se fundó  Trinidad. El 2 de febrero de 1514 se fundó la única villa de la costa norte (que sería trasladada al interior), Santa María del Puerto del Príncipe (actual Camagüey). Entre abril y mayo de 1514 se fundaron San Cristóbal de La Habana y Sancti Spíritus. El 24 de junio de 1514 se funda San Juan de los Remedios. Por último, en agosto de 1515, quedó establecida Santiago de Cuba.Esta villa sería la primera capital de la Cuba colonial hasta que la sede del gobernador fue trasladada definitivamente a San Cristóbal de La Habana, a mediados del siglo XVI.

El sector económico más importante en estos primeros años de la colonia fue la extracción de oro y otras formas de minería con el empleo de aborígenes así como algunos esclavos negros que se integraron desde muy temprano al conglomerado étnico que siglos después constituiría el pueblo cubano.

A consecuencia de las guerras entre Francia y España, hicieron su presencia en el Caribe los primeros corsarios franceses a los que se sumaron después piratas ingleses y holandeses. Sin embargo, fueron los galos los que atacaron la isla, como Roberto de Baal y Jacques de Sores dejando miedo y destrucción a su paso por lo que España tuvo que tomar medidas serias para proteger sus recién adquiridas posesiones.

Lo primero fue crear  el Sistema de Flotas o Puerto Único, mediante el cual todas las embarcaciones de las Indias Occidentales (Hispanoamérica) tenían que partir juntas rumbo a España desde la bahía de La Habana así como construir un sistema de fortificaciones principalmente en La Habana, lo que desarrolló un auge comercial sin precedentes en la ciudad, con el crecimiento de su población y la diversificación de su actividad por la creación de nuevos oficios.

El desarrollo de las ciudades y villas fue marcadamente desigual. La Habana llegó a ser a mediados de siglo, la tercera urbe y el primer puerto del Nuevo Mundo con una activa y bulliciosa vida portuaria y comercial. En 1728 se fundó la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana y el colegio de San José, que junto a los conventos de Belén y San Francisco, imparten la enseñanza en la capital y el Seminario de San Basilio el Magno en Santiago de Cuba.

Breve período británico:

Al estallar la guerra entre Francia e Inglaterra, España entraría a favor de la primera. Esta contienda sirvió de escenario para que los ingleses dirigieran la mayor armada que había cruzado el Atlántico bajo la dirección de Sir Jorge Pockock con el objetivo de tomar La Habana. La ciudad fue defendida de forma combativa tanto por los criollos, dirigidos por José Antonio Gómez (capitán de milicia de la cercana villa de Guanabacoa, muerto a consecuencia de los combates) como por españoles dirigidos por el capitán español don Luis de Velasco. Sin embargo, el 12 de agosto de 1762 se firmó la capitulación de la ciudad, al día siguiente entraban triunfantes las tropas británicas. Esta ocupación duró once meses y se concentró en La Habana y el oeste de la Isla.

El 6 de julio de 1763 tomaba posesión del gobierno de Cuba, en nombre del rey de España, el teniente general Ambrosio de Funes y Villalpando, Conde de Ricla. A cambio de la estratégica posición, se le entregaba a Gran Bretaña la Península de La Florida.

Después de los ingleses:

Bajo el mando del Conde de Ricla y sus sucesor el Marqués de la Torre, La Habana incrementó la pavimentación e inició el alumbrado de las calles, dispuso medidas sanitarias, e inició la construcción del primer paseo habanero, la Alameda de Paula; del primer teatro, El Principal; y del Palacio de los Capitanes Generales. Se llevó a cabo el primer censo poblacional de 1774 y se inició el trazado urbanístico de la ciudad, mediante el cual se prohibió las casas de guano imponiendo una nueva arquitectura de grandes y ostentosos palacios.

Los hacendados criollos se enriquecieron a lo largo del país y su flamante poder se materializó en instituciones que, como la Sociedad Económica de Amigos del País y el Real Consulado, canalizaron su influencia en el gobierno colonial.

Es importante mencionar en esta etapa de finales del siglo XVIII, la influencia de la Revolución de Haití y los beneficios que aportaron los colonos franceses y sus esclavos a la industria del café, principalmente en Santiago de Cuba y Guatanamo donde se establecieron la mayoría de ellos luego de escapar de Haití. Gracias a sus técnicas de siembra y tratamiento de este grano, Cuba logró desarrollar esta industria con gran auge hasta mediados del siglo XIX, momento en el que Brasil y Colombia entran al mercado internacional con grandes producciones y  precios muy competitivos para el mercado cubano. Con el paso de los años, se ha logrado mantener una industria cafetalera local, con algunas exportaciones y gran consumo nacional.

En este contexto económico, hace su entrada en la escena histórica cubana un cerrado y brillante grupo de hombres de pensamiento, la Generación del 92 o la Ilustración Reformista Cubana. Francisco de Arango y Parreño es el más brillante expositor del proyecto socioeconómico y el de mayor agudeza política.

Las principales proposiciones de este grupo liderado por Parreño eran: libre comercio de esclavos; aumento de la esclavitud para resolver las necesidades de fuerza de trabajo, desarrollo tecnológico de la manufactura azucarera, desarrollo científico del país, libertad de comercio, entre otras.

Consolidación política y económica:

Hacia 1802, comienza a observarse otra corriente en la Ilustración Reformista Cubana. El movimiento se aglutina alrededor del obispo de La Habana Juan José Díaz de Espada Fernández y Landa. La actividad de este nuevo grupo se dirige más a la esfera social y a la del pensamiento que a la económica.

Desde el punto de vista político su proyección no es homogénea aunque todos sus integrantes muestran adhesión a las ideas políticas modernas, una tendencia descentralizadora y autonómica y la ponderación de lo cubano en formación.

El obispo Espada es antirracista, antiesclavista, antilatifundista, crítico de la oligarquía y asume un proyecto de desarrollo sobre la base de la pequeña propiedad agraria. En esta corriente se formaron Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Antonio Saco, Felipe Poey y Domingo del Monte.

Otra corriente política cifraba sus esperanzas de solución de los problemas cubanos en la anexión a Estados Unidos. Un sector de los hacendados esclavistas veía en la incorporación de Cuba a los Estados Unidos una garantía para la supervivencia de la esclavitud, dado el apoyo que encontrarían en los estados sureños. Estos, agrupados en el «Club de La Habana» favorecieron las gestiones de compra de la isla por parte del gobierno de Washington, así como las posibilidades de una invasión «liberadora» encabezada por algún general estadounidense en contra de España.

En esta última dirección encaminó sus esfuerzos Narciso López, general de origen venezolano que, tras  dos fracasadas expediciones, fue capturado y ejecutado por las autoridades coloniales en 1851. Aunque no es considerado un héroe exactamente en los libros de historia de Cuba, Narciso López siempre había sido reconocido como el primero que introdujo en el país la primera bandera cubana en 1850. Este original se conserva en el Museo de la Ciudad de La Habana.

Otra corriente separatista más radical aspiraba a conquistar la independencia de Cuba. De temprana aparición —en 1810 se descubre la primera conspiración independentista liderada por Román de la Luz—, este separatismo alcanza un momento de auge en los primeros años de la década de 1820, cuando proliferaron en la isla logias masónicas y sociedades secretas. Dos importantes conspiraciones fueron abortadas en esta etapa, la de los Soles y Rayos de Bolívar (1823), en la que participaba el poeta José María Heredia -cumbre del romanticismo literario cubano- y más adelante la de la Gran Legión del Águila Negra alentada desde México.

El Padre Félix Varela Morales, definido por Luz y Caballero como “el primero que nos enseñó  a pensar”, fue el iniciador de la ideología de la independencia cubana. Educador, político sagaz, filósofo, sostuvo que Cuba debía ser independiente tanto de España como de los Estados Unidos y que esa independencia solo sería real si se lograba con los propios medios y por los propios naturales. Fue condenado a muerte por la Corona española, vivió en el exilio hasta su muerte en 1853. Su esfuerzo, sin embargo, tardaría largos años en fructificar pues las circunstancias, tanto internas como externas, no resultaban favorables al independentismo

El surgimiento y desarrollo de estas corrientes politicas, estuvo muy ligado a un creciente desarrollo económico, principalmente en la industria azucarera con la introducción del ferrocarril y la máquina de vapor, lo que agilizó e incrementó enormemente la producción y exportación del azúcar cubano, así como el número de nuevos hacendados ricos que se unieron a una u otra línea política, acorde a sus intereses.

Guerras de Independencia (1868-1898)

La Guerra de los Diez Años:

El 10 de octubre de 1868 en el Ingenio «La Demajagua», que le pertenecía el hacendado Carlos Manuel de Céspedes, en la Región de Manzanillo, libera a sus esclavos y sin imponerles nada los invita a iniciar la lucha contra el colonialismo español que se imponía en Cuba. Así se iniciaba el periodo revolucionario de las luchas por la independencia de Cuba que no triunfaría hasta el 20 de mayo de 1902.

Durante el periodo de la Guerra que por el tiempo que se extendió tomó el nombre de Guerra de los Diez Años surgieron grandes jefes revolucionarios, que tuvieron una significación histórica en las posteriores guerras y contiendas. Es el caso de Ignacio Agramonte, Antonio Maceo, Máximo Gómez, José Maceo, Vicente García González y Calixto García, entre otros muchos, testigos todos del nacimiento de la República de Cuba en Armas, al firmar la primera constitución en Octubre de 1869 y elegir cómo su primer presidente a Carlos Manuel de Céspedes, conocido por todos los cubanos como el Padre de la Patria.

Este periodo es también el momento  del nacimiento de la Nacionalidad Cubana, justo el 20 de Octubre de 1868 al cantar por primera vez el Himno Nacional, se consolida el sentir Nacionalista del pueblo y el orgullo de ser llamados Cubanos: no criollos, no peninsulares o españoles, simplemente Cubanos.

Graves desacuerdos internos entre los líderes principales, contribuyeron a poner fin a la guerra sin lograr la tan ansiada Independencia de Cuba. Pero las lecciones aprendidas a lo largo de los 10 años que duró, fueron extremadamente importantes para el futuro.

El período de entreguerras

Entre 1878 y 1895 los Estados Unidos hacen importantes inversiones en Cuba, sobre todo en azúcar, minería y tabaco. Hacia 1895 ascendían a 50 millones de pesos. En esta etapa Estados Unidos intensificó su control comercial sobre Cuba.

Como consecuencia de la guerra y de las transformaciones económicas que exigían mano de obra cualificada, España decretó en 1886 la abolición de la esclavitud, lo que provocó el aumento del proletariado.

Entre 1879 y 1880 tuvo lugar la Guerra Chiquita, preparada por Calixto García al frente del Comité Revolucionario Cubano de Nueva York. Se sumaron dentro de Cuba, Quintín Bandera, José Maceo y otros. Se produjeron alzamientos de importancia en Oriente y Las Villas. España triunfó con facilidad e hizo que los cubanos sintieran la necesidad de otra preparación y organización mucho mayor. Se promovieron ideas revolucionarias y alentaron a más cubanos a la lucha. Mientras, en Cuba, se reunieron fuerzas para el alzamiento

José Marí, nuestro Héroe Nacional:

José Martí fue la figura cimera del siglo XIX cubano y continental. Su ideario político–social trascendió las fronteras de su patria, marcando pautas que condujesen a América Latina a su “segunda independencia”. Con la creación del Partido Revolucionario Cubano, concebido como la organización única de todos los independentistas cubanos que debía conseguir los medios materiales y humanos para la nueva empresa emancipadora, y su labor como periodista de talla universal, impulsó una labor de esclarecimiento y unificación, centrada en los núcleos de emigrados cubanos, principalmente en Estados Unidos, pero con amplia repercusión en la isla. Martí impulsó una tremenda renovación dentro de las letras hispanas de fines de la centuria.

La Guerra del 95:

El 24 de febrero de 1895 mediante un levantamiento simultáneo en Oriente y Matanzas se reanuda la lucha independentista.

Durante el verano de 1895 se extendió la lucha a Oriente, Camagüey y Las Villas. En Oriente Maceo obtuvo victorias importantes en los combates de El Jobito, Peralejo y Sao del Indio. En Camagüey vence Gómez en el combate de Altagracia y La Larga. En Las Villas se alzan Carlos Roloff y Serafín Sánchez.

El 16 de septiembre de 1895 se produjo la Asamblea de Jimaguayú, como su paralela de 1869.

Entre 1897 y 1898, Gómez dirigió la Campaña de La Reforma en territorio villareño . Esta campaña consistía en emplear la guerra de guerrillas, la guerra de desgaste con emboscadas y ataques relámpago de pequeños grupos para desorientar al enemigo y llevarlos a terrenos pantanosos (manigua) para vencerlos por enfermedades y agotamiento. Cerca de 4.000 insurrectos ponen fuera de combate a 25.000 soldados españoles.

Desde Oriente, Calixto García tomó las ciudades de Victoria de Las Tunas, Guisa, Jiguaní y Santa Rita con una eficiente dirección de la artillería mambisa. Mientras, en occidente se produjeron miles de acciones de mediana y pequeña escala. La suerte del colonialismo español estaba echada.

Las fuerzas cubanas ganaban cada vez más terreno y el Ejército Español se debilitaba rápido,[cita requerida] en esa situación se produjo la intervención de los Estados Unidos.

En 1898 el acorazado estadounidense Maine se hundió en la Bahía de La Habana debido a una explosión para así intervenir en la guerra. El conflicto concluyó con la firma de un tratado de paz, el Tratado de París, del 10 de diciembre de 1898, entre España y Estados Unidos quedando totalmente excluida cualquier representacion cubana,  en virtud del cual Estados Unidos recibió el control absoluto de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam.

Primera intervención estadounidense (1898-1902)

El 1 de enero de 1899 se iniciaba la ocupación de Cuba por los Estados Unidos a través del gobierno que decretaba órdenes militares.

Durante este período el gobierno interventor dirige sus acciones en dos aristas. La primera fue tratar de recuperar al país de las secuelas de la Guerra, para esto destinó auxilios directos a la población en alimentos y medicinas, ideó el Plan de saneamiento de la isla y la creación de escuelas públicas.

La segunda fue asegurar su situación privilegiada con respecto a Cuba en la futura etapa republicana. Para ello rebaja los aranceles a los productos estadounidenses que invadirán el mercado interno cubano, crea la Ley de Deslindes y división de haciendas comunales, mediante la cual el Estado se apropiaría de muchas tierras las cuales serían vendidas después a empresas estadounidenses privadas, a través de la Ley ferrocarrilera favorecería las inversiones estadounidenses en esa esfera y desplazaría a los ingleses y mediante concesiones mineras las compañías estadounidenses obtienen el derecho de explotar minas en Cuba.

La Asamblea Constituyente redactó y aprobó la Constitución de 1901 de carácter liberal-democrático.En esencia se estableció un régimen republicano y representativo, El legislativo se componía de un Senado y una Cámara de Representantes

Como parte de esta Constitución la Asamblea debía proveer y acordar con el Gobierno de Estados Unidos lo referente a las relaciones que deberían existir entre ambos gobiernos. En medio de los trabajos de la Comisión cubana encargada de dictaminar sobre las futuras relaciones entre Cuba y Estados Unidos, el congreso estadounidense aprueba la Enmienda Platt, con la que el gobierno de Estados Unidos se otorgaba el derecho a intervenir en los asuntos internos de la isla cuando lo entendiera conveniente.

A pesar de la oposición de los delegados a la Asamblea Constituyente, la presión estadounidense, que colocaba a los cubanos ante la disyuntiva de tener una república con la Enmienda o continuar la ocupación, logró que esta quedara definitivamente aprobada por los cubanos el 12 de junio de 1901.

 

República (1902-1958)

El 20 de mayo de 1902 nace la República de Cuba siendo electo Tomás Estrada Palma como su primer presidente  A este primer gobierno correspondería la tarea de formalizar los vínculos de dependencia con Estados Unidos. Aunque fue criticado por ello, logró su reelección; lo que provocó la sublevación del opositor Partido Liberal desencadenando una segunda intervención estadounidense, luego de la cual los estadounidenses crean el Ejército Permanente Cubano, para no tener que volver a ocupar el país en un futuro.

La economía cubana había crecido muy rápidamente durante las dos primeras décadas del siglo, estimulada por la favorable coyuntura creada por la reciente guerra mundial. No obstante ese crecimiento era extremadamente unilateral, basado de modo casi exclusivo en el azúcar y en las relaciones mercantiles con Estados Unidos. Por otra parte, los capitales estadounidenses que habían afluido a la isla con ritmo ascendente eran los principales beneficiarios del crecimiento, puesto que controlaban el 70 por ciento de la producción azucarera además de su infraestructura y los negocios colaterales.

Es bajo estas condiciones que el movimiento obrero se reorganiza y se fortalece bajo la dirección de partidos y líderes prominentes de los años 20 como Alfredo López, Julio Antonio Mella en representación de los grupos universitarios y Rubén Martínez Villena al frente de los intelectuales. Estas organizaciones y sus miembros protagonizaron un gran número de protestas y huelgas que denunciaban el mal manejo y administración de cada presidente que actuaba siempre en favor de los intereses estadounidenses en Cuba.

En 1925, con Gerardo Machado como presidente, se inicia una etapa de grandes obras constructivas como el Capitolio y la Carretera Central que dio empleo a muchos trabajadores. A la par, Machado se convirtió en el primer dictador de la Cuba Republicana al gobernar con una política represiva, materializada en el encarcelamiento, tortura y asesinato de líderes obreros y estudiantiles como Alfredo López y Julio A. Mella. Estas acciones, junto con la crisis económica agravada por la Gran Depresión de 1929, culminaron con una huelga general en 1933 que obligó a Gerardo Machado a renunciar y huir a los Estados Unidos.

La crisis política se extendió desde 1933 hasta 1940, con la sucesión de varios presidentes y gobiernos que duraron desde horas hasta máximo dos años. Aparece en este periodo la figura de Fulgencio Batista, primero como sargento militar capaz de aprovechar la instabilidad política para escalar hasta convertirse en Jefe de la Fuerzas Armadas, y finalmente, en Presidente electo en 1940.

En octubre de ese mismo año entró en vigor la nueva Constitución, confeccionada por todos los sectores políticos del país y a cuya Convención asisitieron 76 delegados en representación de 9 partido políticos. Esta nueva Carta Magna recogió importantes acuerdos populares y fue una de las Constituciones más avanzadas de la época.

Durante este primer gobierno de Batista, la situación económica experimentó una mejoría, propiciada fundamentalmente por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, lo cual beneficiaría igualmente a los gobiernos  posteriores que a su vez, se caracterizaron por la represion politica. Nuevos dirigentes obreros fueron torturados y asesinados dando lugar a un mayor descontento popular, que se agrava con el golpe de estado liderado por Batista el 10 de marzo de 1952, justo a pocos meses de celebrarse las elecciones presidenciales y con apoyo solapado de la mafia estadounidense. Este segundo periodo de gobernación, se caracterizó por una amplia apertura económica para la mafia y las compañías estadounidenses, así como para terratenientes cubanos, grandes inversiones en el turismo, la minería y la industria azucarera, combinada con una fuerte represion militar, falta de libertades políticas, altas cifras de desempleados, analfabetos y pobreza. Prosperaron también el hambre, la prostitucion y los juegos de azar.

Como resistencia al golpe de Estado y a la situación económico-social, surge la Generación del Centenario, un grupo de jóvenes que, coincidiendo con los 100 años del natalicio de José Marti, se inclinaron por la lucha armada bajo el liderazgo de Fidel Castro Ruz, estudiante de Derecho en la Universidad de La Habana. Es así, que el 26 de Julio de 1953, luego de meses de preparación, decidieron asaltar el Cuartel Moncada en Santiago de Cuba y comenzar un largo periodo de luchas, exilio, retorno y, finalmente, triunfo, conocido como la  Revolución Cubana.

 Con el triunfo revolucionario el 1ero de enero de 1959, Batista huyó de Cuba con su familia y colaboradores más cercanos, primero a República Dominicana y luego a España, donde falleció en 1974 siempre con el anhelo de ser recibido en Estados  Unidos, donde tenía familia y propiedades pero nunca sucedió.

1959-Al presente:

La victoria de Fidel y sus seguidores tuvo un amplio apoyo no solo popular, sino también de otras clases sociales más adineradas que también anhelaban un cambio de gobierno en Cuba, principalmente hacia la democracia.

Con Manuel Urrutia como presidente y Fidel Castro al frente de las Fuerzas Armadas, los más pobres pudieron ver sus sueños hechos realidad a través de la Reforma Agraria, nueva ley que repartía las tierras ociosas en manos de compañías norteamericanas o ricos terratenientes cubanos a las miles de familias campesinas sin trabajo ni hogar. La Reforma Urbana, que convirtió en propietarios a la mayoría de las personas que pagaban alquiler. La Campaña de Alfabetización en todo el país, hizo posible declarar a Cuba como el primer país libre de Analfabetismo en Latinoamérica. El acceso a la Salud Pública gratuita para todos por fin una realidad.

Y muchos otros proyectos que se enfocaban principalmente en el bienestar social del pueblo, lo que despertó sospechas tempranas del acercamiento de la Revolución Cubana al Sistema Socialista, por lo que en los primeros años de la Revolución, también hubo muchos que se opusieron al desarrollo de estos proyectos en detrimento del desarrollo económico, por lo que abandonaron el país estableciendo nueva residencia en Estados Unidos, principalmente en la a Florida, y uniéndose a las filas del Partido Republicano que siempre los apoyó con leyes y acciones que, sin éxito, han tenido como objetivo derrotar a “los Castro”.

Otros en desacuerdo con la nueva dirección revolucionaria, como el presidente Urrutia fueron destituidos y reemplazados,  y el ex comandante revolucionario Huber Matos fue encarcelado luego de su renuncia al oponerse abiertamente al rumbo que habían tomado los líderes de la Revolución, principalmente Fidel Castro, Che Guevara, Juan Almeida, Raúl Castro entre otros. Un claro mensaje para el resto.

Los años 60 fueron años muy convulsos y hubo varios enfrentamientos entre el nuevo gobierno revolucionario y los grupos contrarrevolucionarios, cuyos integrantes habían dado su apoyo a Fidel para luchar por el regreso de la democracia en Cuba. Estos grupos organizaron sabotajes en las ciudades, a los cultivos, persiguieron y asesinaron a maestros y campesinos involucrados en la Campaña de Alfabetización y convirtieron las lomas de Guamuhaya, cerca de Trinidad, en su trinchera.

El más notable de estos enfrentamientos fue la Invasión de Bahía de Cochinos en 1961, acción que contó con el apoyo del gobierno de Eisenhower y la CIA. Esta última fue la encargada de entrenar a los integrantes de la Brigada 2506, principalmente ex militares del gobierno de Batista, en bases militares en Centroamérica para desembarcar en costas cubanas, establecer un gobierno provisional y con el apoyo de los grupos contrarrevolucionarios, derrocar el nuevo orden revolucionario.

Este plan fue heredado por el presidente John F. Kennedy, quien al ver el fracaso de esta acción, retiró el apoyo aéreo tan necesario para lograr el objetivo de los mercenarios. Mucho de los contrarrevolucionarios lograron huir pero la mayoría  fueron hechos prisioneros,  llevados a juicios sumarios, encarcelados, ejecutados o cambiados al gobierno de Estados Unidos por medicamentos y alimentos, además de una indemnización al pueblo y estado cubanos de 53 millones de dólares.

El desenlace de esta fallida invasión, consolidó aún más la popularidad del líder de la Revolución, Fidel Castro, que aún sin ser el presidente de la República, declaró el carácter socialista de esta Revolución el 16 de abril de 1961, justo antes de partir hacia la zona de los enfrentamientos. Esta declaración, unida al profundo proceso de transformación que la siguió como la confiscación y prohibición de todo tipo de actividad económica privada, la nacionalización  de todas las compañías estadounidenses, entre otras, fue el inicio del distanciamiento de nuestro principal socio económico, quien se negó a continuar comprando la cuota azucarera y estableció un embargo económico casi de inmediato, convirtiendo así  a Estados Unidos en el enemigo histórico de la Revolución, y a la antigua Unión Soviética, en nuestro aliado más fuerte y salvador.

Luego de la destitución del presidente Manuel Urrutia, se designa a Osvaldo Dorticós para el cargo el cual desempeña siempre a la sombra de Fidel Castro como su Primer Ministro. En 1976, se aprueba por referéndum popular,  la nueva Constitución acorde al nuevo sistema sociopolítico, eliminando el cargo de Presidente y dándole a Fidel y al Partido Comunista las herramientas legales para tomar las riendas del país y perpetuarse en el poder.

Grandes cambios sociales, político y económicos se sucedieron a lo largo de 30 años. El desarrollo del socialismo en Cuba fue seguido y apoyado con una mezcla de miedo de volver a los tiempos de Batista o sufrir una invasión más grande y destructiva qeu la de Bahía de Cochinos; admiración y lealtad casi fanática al carismático líder capaz de vencer al país más poderoso del mundo, y resignacion para aquellos que no tenían otra salida.

Sus grandes logros en el terreno de la Educación, Salud Publica, Cultura y Deportes, fueron su bastión principal ante la Comunidad Internacional. Sin embargo, respecto a la economía socialista implantada en el país, solo con el apoyo económico de la antigua Unión Soviética era posible sobrevivir, lo que trajo drásticas consecuencias luego de la caída del muro de Berlín, y la consecuente caída del bloque socialista de Europa del Este en los años 90.

Crisis de los 90: el Periodo Especial

Los años 90 del siglo XX marcaron el iniico de nuevos cambios y transformaciones forzados por la severa crisis económica del país al perder el abrigo económico que provenía de los países socialistas de Europa del Este. La pérdida de los casi 500 millones de dólares anuales que el gobierno de la extinta Unión Soviética proveía a Cuba como ayuda en forma de exportaciones garantizadas para el mercado cubano del azúcar y la obtención de petróleo barato, generó un impacto severo para la economía del país. Un Periodo nada especial para los cubanos que sufrieron gran escasez de todo tipo y los llevó a una emigración irregular, conocida en 1994 como la crisis de los balseros, al intentar cruzar el Estrecho de la Florida en precarias embarcaciones o balsas improvisadas.

A partir de 1995, el gobierno cubano se vio obligado a realizar importantes cambios en su política económica sin abandonar la base socialista de la Revolución. Se fomentaron las inversiones extranjeras, el desarrollo del turismo, se impulsó una tímida apertura de negocios privados, se legalizó la tenencia de divisas extranjeras y por tanto, las remesas familiares desde el extranjero. Todo esto permitió estabilizar algo la situación de las familias cubanas hacia finales de los 90, aunque dio lugar a marcadas diferencias entre aquellos ciudadanos que recibían dólares y los que no.

 Esta nueva situación económica, el alto costo de la vida y el crecimiento del mercado negro, el intercambio de experiencias con turistas y familiares provenientes de otras sociedades, cambió drásticamente el sentir y pensar del pueblo cubano que poco a poco, se fue desligando del omnipresente Estado Socialista y creando su propio modo de vivir, de pensar y de procurarse una vida digna.

La disidencia comenzó a ser más notable, más visible incluso en la esfera Internacional, donde grupos como las Damas de Blanco integrado por las madres, esposas, hermanas e hijas de prisioneros políticos, han sido reconocidos con premios de organizaciones de Derechos Humanos. Peo aún 20 años después de esta semi apertura, los grupos de oposición no han logrado sumar seguidores a gran escala. La mayoría de sus líderes, al pasar años de persecución, represión, sin posibilidades de ser escuchados y sin resultados  hacia una Cuba libre y democrática, optan por el exilio o el silencio. La sociedad parece anhelar un cambio, pero sin hacer grandes sacrificios.

Una Cuba sin Fidel:

En el 2006 y por razones de salud, Fidel cedió la presidencia de manera temporal a su hermano Raúl Castro y en el 2008, Raúl fue oficialmente elegido presidente por el Consejo de Estado, una continuidad que no sorprendió a los cubanos. Sin embargo,  bajo su mandato, la apertura fue un poco más allá: se autorizaron un mayor número de actividades por cuenta propia, se iniciaron y restablecieron las relaciones diplomáticas con Estados Unidos , bajo la presidencia de Barack Obama, logrando así la reapertura de la Embajada Americana y la visita del primer presidente americano a Cuba en años. También se flexibilizaron los viajes de cubanos al extranjero y se les permitió a aquellos q residían en otros países, a mantener propiedades y pequeños negocios en Cuba, como una forma de atraer inversiones.

En la esfera política no hubo los cambios que muchos demandaban, sobre todo desde la Comunidad Internacional. Se mantuvo el  Partido Comunista y el Sistema Socialista como únicos reguladores de la base política, económica y social del país, con la diferencia que el Presidente ya no es vitalicio como en tiempos de Fidel, a partir de ahora solo puede postularse para dos períodos de 5 años.

La reapertura de Raúl Castro, a la par de la flexibilización del embargo por parte de Obama, se reflejó en Cuba con una explosión de negocios privados y la esperanza de que esta bonanza económica perdurara, hasta beneficiar a los menos favorecidos todavía dependientes de los bajos salarios estatales, pero con el fin de la era Obama y el inicio de la era Trump, la esperanza quedó solo en eso. Como era de esperar, cada presidente republicano toma acción para frenar cualquier acercamiento con el gobierno cubano que haya sido promovido por su antecesor demócrata. Como representantes de la parte más conservadora de la comunidad cubana de la Florida, solo aceptarán este acercamiento si el gobierno cubano accede a elecciones libres y democráticas.

En la actualidad, Cuba mantiene su Partido único y una Economía socialista con disímiles fórmulas y experimentos que siguen sin dar los resultados necesarios para satisfacer en pleno, las necesidades básicas de sus ciudadanos. La calidad de la Educación,  la Salud Publica, el Deporte y otros pilares que antaño eran orgullo de la Nación, se ha visto afectada por años de crisis, mala administración,  la reciente pandemia de la COVID 19 así como un empeño absoluto de controlar estatalmente los renglones más importantes de la economía. Como  se dice en buen cubano: “el gobierno mastica al sector privado, pero no lo traga”.

El presidente actual, Miguel Díaz Canel, representa la continuidad de sus antecesores haciendo malabares para llevar adelante nuevas fórmulas y experimentos dentro de la misma línea de la economía socialista, con la gran diferencia de una sociedad cubana más joven, más atrevida y más conectada al mundo a través de internet.

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